
En el borde de nuestros párpados tenemos unas glándulas que producen la grasa que la piel y la lágrima necesitan, en algunas ocasiones hay una mala función de estas glándulas y la producción de grasa es mayor a la que se necesita y por lo tanto empieza a acumularse en el borde del párpado, esto nos produce irritación y la lágrima, al volverse más oleosa pierde sus funciones y tenemos que estar parpadeando constantemente para ver claramente y no sentir basuras o molestias en los ojos. En otros casos esta capa de grasa sirve para atrapar bacterias u otros microorganismos y con esto se inicia una infección y luego un circulo vicioso de más infección, más producción de grasa, más resequedad ocular e irritación.
Esto puede mejorar y controlarse lavando nuestros párpados todos los días en la mañana al bañarnos y en la noche antes de dormir, por lo general, la mayoría de las personas no se toman el tiempo de lavar el borde de los párpados, ¡a casi nadie se lo enseñan! Es una medida de lo más simple y efectiva. Tengan a la mano un jabón neutro, sin perfume, tomen un poco y hagan espuma entre sus dedos, con los ojos cerrados, laven en círculos por unos segundos y luego enjuaguen. Con esta medida estarán quitando ese exceso de grasa (con toda la tierra y mugre que se le pega!!!!) y verán que con los días, las molestias se irán eliminando.
Si no ven mejoría, lo más probable es que ya tengan una infección y requiera un manejo diferente, por lo tanto será mejor que acudan a su oftalmóloga (o) de confianza para que tengan la mejor atención.